Julio César Ibáñez
Oscar Roque Peña
A Cátulo Castillo, amigos, le debemos
el alma de más de una hermosisima canción.
Su voz le ha dado nombre a cosas que queremos,
que abrieron un sendero en nuestro corazón…
La infancia que perdimos, el organito triste,
la novia que olvidamos, un tiempo más feliz…
ternura sollozada por todo cuanto existe
y en ln niebla se pierde para morir, al fin…
Emoción de Cátulo quebrada
por un llanto invisible de amor
y una angustia de antaño que apagan
taconeos de carancanfun.
Las cosas que el olvido se ha ido llevando lejos,
en una desmemoria de esquinas y perfil…
Mirar y ver que todo se va poniendo viejo
Y que la calesita no gira para mi..,
Yolver de nuevo al barrio y hallar todo cambiado…
y descubrir de pronto que el barrio ya no está…
y que aquellas muchachas que el tiempo me ha robado,
lo mismo que María, con Cátulo vendran.