Letra de Jaime Lloret Reos
Música de Inocencio Arcauz
Era la más preciada ilusión
un santo cariño, aquél…
formaba con mi pingo
y el viejo rancho, todo mi bien.
Allí soñé la vida llena de encanto
de sol, feliz…,
dicen que fui cobarde,
porque una noche
los dejé ir.
Pues el fatal destino
jugó conmigo y fue traicionero,
la mala china siguió el camino
de aquel paisano, al que protegí.
Abandonado y triste
allá en la loma está sólo el rancho,
testigo fiel de lo que ya no existe
de aquella escena en que cobarde fui.
Cerca del viejo rancho hoy se ven
dos palos formando cruz,
donde están los despojos
del gaucho bueno,
que allí murió…
Mientras el alma en pena
de la malvada sufre el rigor,
al verse abandonada,
por el matrero, que ella siguió.