Letra de Ivo Pelay
Música de Francisco Canaro
Bajo el cielo azul de mis montañas
hay alla en la falda acurrucada
una taperita nacarada
llena de luz, plena de sol,
plena de fe y de amor,
junto a la humildad de sus terrones
y entre sus vergeles soñadores
que embrujan al brillar,
fascinan al reir
y besan al mirar.
Son los ojazos de mi bien,
los bellos ojos de mi amor,
que aprisionaron mi querer
con su cegante resplandor.
Son las pupilas de quien es
la dueña de mi corazón:
la bienamada fiel,
la compañera ideal,
con labios de clavel
y risa de cristal.
Para ella mi canción febril,
para ella mi cantar triunfal,
las alas de mi inspiración
en un divino madrigal.
Es ella bajo el cielo azul
la diosa que en mi soledad
señala ese radiante eden
que es mi felicidad.
Cuando el sol se oculta alla a lo lejos
y cansado vuelvo a mi tapera,
pienso en la dicha que me espera
al encontrar una mujer
que me hable de querer.
Y si alguna pena cruza en mi alma,
y no encuentro alivio en mi quebranto,
sus ojos que yo quiero tanto,
ahuyentan mi sufrir,
me ayudan a vivir.