Letra de Javier Navarro.
¿Oyes, viejo amigo,
el dulce gemido
del bandoneón?
En medio de las copas
del viejo
café.ín
se entreoye lejano
el llanto
del tango.
Nada hacés vos
por silenciarlo.
Nada.
Es tu noche
en el tristón
rincón
de los recuerdos.
Afuera pasa
el viento
y adentro
un tango lento.
No lo callés
hermano,
dejalo que rezongue,
llorá más bien
sin lágrimas
ese pasado
muerto
que pide tangos
lentos.
Abajo, muy abajo
de la memoria
larga
está tu pueblo,
antiguo
como el sueño
y el canto.
Llorá por él, hermano,
desde el alba
al ocaso,
ese pueblo
no existe,
existe sólo
el tango.
Afuera
pasa el viento
llevando un fueye
viejo,
y adentro
muy adentro
de tanto en tanto
un tango,
hermano,
que llene de recuerdos.
¿Oyes, viejo amigo
el dulce gemido
del bandoneón?