Letra de Eugenio Cárdenas
Música de Guillermo D. Barbieri
Bajo un patio de magnolias y de acacias
en tus brazos hechiceros quede preso,
y rendido ante la savia de tu besos
adoraba tu belleza de Beatriz.
Yo he bebido la fragancia de tu aliento
en tu boca con perfume de azucena,
y mil veccs, porque siempre fueras buena,
al mirarte toda el alma puse en ti.
Recuerdo que en las citas
tu boca de Afrodita
temblo cual Margarita
que azota el vendaval;
mas después de esos dlas
se puso tu alma fria,
y ansiaste en las orgias
tu vida deshojar…
I bis
Por tu culpa luego fuiste Mesalina,
sin dolerte de mis suplicas ardientes,
y rodaste hasta el abismo indiferente,
salpicada de lascivia y maldad.
Y hoy al ver que te ha doblado el infortunio,
siento lastima y dolor por tu caida,
pues comprendo que en las sombras de tu vida
un destello de esperanza nunca habra!
En tanto que agonizas
el amor pulveriza
los besos y las risas
de tu bella ilusión…
Y en vano es que hoy esperes
quien te ofrezca, amoroso,
el gesto venturoso
de noble redención…