Canaro y sus muchachos

Letra de Pedro Rosanova
Música de Roberto Severino

Tango

Tuvo trama de saber cantar
y puso en su decir tanta emoción,
que en su barrio supo conquistar
a fuerza de querer, un corazón…
Con acento de porteño
los arrabales pobló de cantos,
pero un día supo la traición
de aquélla, a quien le dio felicidad…

Hoy en un bodegón
se adormece
toda su pasión…
Toma, para olvidar
unos labios
que supo besar…
Arañando el rencor
lo acorrala tal vez…
y no quiero cerrar
esos ojos que amó,
con el filo brutal
de su criollo puñal…

Callejones… sombras del ayer…
esquinas que cruzó… no lo verán…
como entonces junto a su querer,
pedazo de arrabal sentimental…
En silencio, su guitarra
solloza un triste con honda pena,
y el farol su luz ensombreció
sabiendo que el cantor, no cantará…