Letra de Horacio Ferrer
Música de Alejandro Dolina
Compuesto en 1989
Vals dedicado a Ana Dolina.
Cántame aquellas canciones criollas
que cautivaron nuestra niñez,
tu voz tan rubia de quinca años
cicatrizada tanto después.
Azul de otoño muere el domingo
y es lindo y triste volverte a ver,
estás temblando con tu guitarra
y estás hermosa de atardecer.
Las delicadas notas del alma
mejor recuerdan que vos y yo,
qué melancólicas alegrías
nos da la vida, seguí, por Dios!,
seguí tocando, no digas nada,
qué mala suerte tener razón:
somos poesía nosotros mismos,
dos viejos versos de un viejo amor.
Cantáme aquellas canciones criollas
que me decías mirándome
y el largo pelo se te enredaba
entre las cuerdas, cuánto te amé!
Cantáme valses y vidalitas
que al son querido, blancas de ayer,
vendran tu madre y la mía juntas,
sabiendo todo y callándose.
Las delicadas notas del alma
mejor recuerdan que vos y yo,
qué melancólicas alegrías
nos da la vida, seguí, por Dios!,
seguí tocando, no digas nada,
qué mala suerte tener razón:
somos poesía nosotros mismos,
dos viejos versos de un viejo amor.