Letra de Rafael de León
Música de Quintero y Quiroga
Cuando tú me diste amparo
no era mas que una gitana,
con mi traje de volantes
y mi enagua almidoná;
y me vi por tu cariño,
de la noche a la mañana,
convertida en una reina
de brillantes coroná.
Pero a mi desde el principio
me cansaba tu ternura,
me agobiaba aquel encierro
que me impuso tu pasión.
Y una noche en que tus celos
me llenaron de amargura,
con la hiel de mis palabras
yo maté tu corazón:
«Tanto decirme
te quiero, te quiero,
yo no lo puedo aguantar.
Como un pájaro
me muero, me muero.
Necesito libertad.
Abre puertas y cerrojos
que me dé la luz del sol…
Que están ciegos ya mis ojos
de tinieblas y dolor.
Por mi mare yo te imploro
y te lloro,
que no pienses más en mí;
no te quiero, no te adoro,
y no sirvo pa vivir
en esta cárcel de oro.»
Y con prisas por dejarte
yo me fuí por los caminos,
con mis coplas y mis sueños
y mis ansias de vivir;
y al momento mis volantes
se enredaron entre espinos,
y los nardos y las rosas
fueron cardos para mí.
Del vinagre que ahora bebo
la culpita es solo mía,
y maldigo hasta la hora
en que probé la libertad.
Pordiosera de cariño,
te suplico noche y día
que en la carcel de tus brazos
tú me vuelvas a encerrar.
Vuelve a decirme
te quiero, te quiero…
Vuelve a decirlo por Dios…
Sin oírtelo
me muero, me muero,
como un nardo sin olor.
Pa borrarte los agravios
que te hice padecer,
si pudiera, de mis labios
me arrancaba hasta la piel…
Vale más que los tesoros
del moro
tu cariño para mi.
Por tu mare yo te imploro
que me encierres pa vivir
en esa cárcel de oro.
A una fragua yo me echara
pa salir purificá,
si de nuevo tú en mi cara
te volvieras a mirar.
Vale más que los tesoros
del moro
tu cariño para mi.
Por tu mare yo te imploro
que me encierres pa vivir
en esa cárcel de oro.