Letra de José Betinoti
(José Betinoti, 1878-1915)
La confianza mata al hombre
dice un proverbio muy viejo,
yo sé olfatearla de lejos
como zorro desconfiado,
porque el hombre que ha rodado
puede hasta dar un consejo.
La ciencia es una gran cosa,
me dijo un maestro profundo,
pero en mi razón me fundo
que si es muy útil la ciencia,
no está demás la experiencia,
mi mejor maestro fue el mundo.
El camino de la vida
tiene bastantes zanjones,
y el que quiera en dos tirones
evitar sus barquinazos,
se ha de dar muchos porrazos
debido a los tropezones.
Que si a golpe uno se forma,
solo se ha de levantar,
porque es muy feo implorar
ayudas o indicaciones,
si los golpes son lecciones
por su bien debe aguardar.
El mundo a mí me ha enseñado
como debo de seguir,
porque a fuerza de subir
se hace el hombre en esta vida,
no hay esperanza perdida
para el que sabe vivir.
El que entra en una carpeta
mas, si en el pago es extraño,
desconfíe del mismo paño,
y si es medio observador,
cuídese del tallador
que no hay juego sin engaño.
Que si entran a hacerle fiesta
como amigos estimados,
mire a los cuatro costados
y todos serán testigos
que en el juego no hay amigos,
y si los hay, son contados.
Nadie se ría del más pobre
y si lo agobia un pesar,
no lo dejen de ayudar
porque si uno anda rodando,
sin saber cómo ni cuándo
de él puede necesitar.
Si se da con un porfiado
que se arma una discusión,
sobre cualquier opinión,
no traten de abrirle brecha,
habrá que darle la derecha
aunque no tenga razón.
Y el que tenga algún secreto
con él se debe morir,
no lo debe de decir,
aunque sea a su mujer,
que la madre sin querer
nos puede hasta descubrir.
Si es muy malo ser pedante,
más triste es ser pretencioso,
ser modesto y bondadoso,
no es cometer un desliz,
porque el hombre más feliz
es no sentirse envidioso.
Y el padre que ama a sus hijos
si en la vuelta de los años,
le pagan con desengaños,
no les debe maldecir,
solos se han de arrepentir
si andan vagando entre extraños.
Si una madre siempre ha sido
quien consoló nuestras penas,
todas las madres son buenas
no es Justo las destituya,
que aquel que estima la suya
sabrá apreciar las ajenas.
Quien respete es respetado
donde quiera y donde cuadre,
y el que obedece a su padre
tiene una virtud consigo,
para mí es muy buen amigo
hijo que quiere a la madre.