Coplas del payador perseguido (milonga)

Letra de Atahualpa Yupanqui
Música de Atahualpa Yupanqui

Canta Jorge Cafrune: “20 grandes canciones de Cafrune”, (Vol. I).
CBS-Sony. COL 468 486-1

(Las partes cantadas se marcan con una (C), y las recitadas con una (R).

(R)

Con su permiso me adentro,
aunque no soy convidao.
Pero en mi pago, un asao,
no es de naides y es de todos.
Voy a cantar a mi modo
después que haya churrasqueao.

Yo sé que muchos dirán
que peco de atrevimiento
si lanzo mi pensamiento
pa el rumbo que ya elegí.
Pero siempre he sido así:
Galopeador contra el viento.

La sangre tiene razones
que hacen engordar las venas.
Pena sobre pena y pena
hacen que uno pegue el grito.
La arena es un puñadito…
Pero hay montañas de arena.

(C)

No sé si mi canto es lindo,
o si saldrá medio triste.
Nunca fui zorzal, ni existe
plumaje más ordinario.
Yo soy pájaro corsario,
que no conoce el alpiste.

Vuelo porque no me arrastro,
que el arrastrarse es la ruina.
Anido en árbol de espina
lo mesmo que en cordillera,
sin aguantar las sonseras
del que vuela a lo gallina.

No me arrimo así no más
a los jardines floridos.
Sin querer, vivo advertido
pa no pisar el palito.
Hay pájaros que solitos
se entrampan, por presumidos.

(R)

Aunque mucho he traqueteao
no me engrilla la prudencia.
Es una falsa experiencia
vivir temblándole a todo.
Cada cual tiene su modo:
La rebelión es mi ciencia.

Yo soy de los del montón,
no soy flor de invernadero.
Igual que el trébol campero
crezco sin hacer barullo.
Me aprieto contra los yuyos
y así no aguanto el pampero.

Acostumbrao a las sierras,
yo nunca me sé marear,
y si me siento alabar
me voy yendo despacito.
Pero aquel que es compadrito,
vaya, pa hacerse nombrar.

Si me dicen señor, agradezco el homenaje,
mas soy gaucho entre el gauchaje,
y soy nadie entre los sabios,
y son para mí los agravios
que le hagan al paisanaje.

(C)

La vanidad es yuyo malo
que envenena toda huerta.
Es preciso estar alerta
manejando el azadón…
Pero no falta el varón
que la riega, hasta en su puerta.

(R)

El trabajo es cosa buena,
es lo mejor de la vida.
Pero la vida es perdida
trabajando en campo ajeno.
Unos trabajan de trueno…
y es para otros la llovida.

El estanciero presume
de gauchismo y arrogancia.
Él cree que es extravagancia
el que su peón viva mejor.
Mas no sabe este señor
que por su peón tiene estancia.

El que tenga sus reales
hace muy bien en cuidarlos.
Pero, si quiere aumentarlos,
que a la Ley no se haga el sordo,
que en tós los pucheros gordos
los choclos se vuelven malgos.

(C)

Yo vengo de muy abajo,
y muy arriba no estoy.
Al pobre mi canto doy,
y así lo paso contento,
porque estoy en mi elemento,
y ahí valgo por lo que soy.

Cantor que cante a los pobres
ni muerto se ha de callar,
pues donde vaya a parar
el canto de ese cristiano,
no ha de faltar el paisano
que lo haga resucitar.

(R)

Si alguna vuelta he cantao
ante panzudos patrones,
he espicañao las razones
profundas del pobrerío:
Yo no traiciono a los míos
por palmas ni patacones.

Si uno canta coplas de amor,
de potros, de domador,
de luceros y de estrellas,
dicen: ¡ Qué cosas más bellas!
¡Si canta que es un primor!

Pero si uno, como es viejo,
por ahí se larga opinando,
el pobre se va acercando
con las orejas alerta…
Y el rico, vicha la puerta
y se aleja reculando.

Tal vez alguien haiga rodao
tanto como rodé yo.
Pero le juro, créamelo,
que ví tanta pobreza,
que comenté con tristeza:
Dios por aquí no pasó…

Naides podrá señalarme
que canto por amargao.
Si he pasao las que he pasao
quiero servir de advertencia:
El rodar no será cencia,
pero tampoco es pecao.

(C)

Amigos, voy a dejarles,
que está mi parte cumplida.
En la forma preferida
de una milonga pampeada,
canté de manera llana
ciertas cosas de la vida.

Ahora me voy, no sé adónde,
pa mí todo rumbo es bueno.
Los campos, con ser ajenos,
los cruzo de un galopito…
Guarida no necesito.
Yo sé dormir al sereno.

Y aunque me quiten la vida,
o engrillen mi libertad,
o aunque chamusquen, quizá,
mi guitarra en los bodones,
han de vivir mis canciones
el alma de los demás.

No me nombren, que es pecao,
y no comenten mis trinos.
Yo me voy con mi destino
Pa el lao donde el sol se pierde…
Tal vez, alguno se acuerde
que aquí cantó un argentino…