Letra de José Pagano
Los bandoneones se estiran
como pibe Pérezoso,
las violas gimen de gozo
y los violines deliran,
las notas suaves se aspiran
dando alegria a lu fiesta,
nadie chilla ni protesta
y sin murmullos ni quejas,
van saliendo las parejas
al rezongar de la orquesta.
«Pichinanga» el violin reo
hace gala de armonia
y en la viola «Chipitria»
compadrea en un floreo.
«El Manco» hace el bordoneo
el contracanto el «Pelao»
y hay un violin acoplao
que es el «Zurdo Milanesa»,
mientras el «Ciego Cabeza»
se luce en el arrugao.
De aquel patio el emparrao,
unas manos diiigentes
coqueta y profusamente
cómo lo habian adornao!,
que el convento transformao
era una casa bacana
con que voluntad y que gana
caian los hijos del fango
para mandarse algun tango
pero muy de la banana!
El ocho y la refalada
empezó a verse en seguida,
el paso atras, la corrida,
la vueltita y la sentada,
hasta el corte y la quebrada
no quedaron orejanos
pues trenzados mano a mano
entre bailarines ases
cepillaban los compases
de un tangazo, El Entrerriano.