De la canilla

Versión de Adriana Varela, 1999

En tu bulín de hermitaño
aun te sigue faltando
la bombachita colgando
de la canilla del baño.

Llevás demasiados años
sacandole el cuerpo al bulto
con argumentos profundos
dignos de un Dalai Lama
y aun seguís con la cama
tan fría como un difunto.

Cuando sos interrogado
sobre tu estado civil
no sabes lo que decir,
si soltero o divorciado.

Los viernes, día sagrado,
salís a romper la noche,
diez litros de nafta el coche
y una vuelta por las canchas
a ver lo que se levanta
para poner digno broche.

Galán de perfil mediano,
que te hacés el “centrojás”
cuando al mostrador llegás
con tu paso de verano.

Lo que vos soñas hermano
es difícil de encontrar.
Sé que es brava de bancar
la soledad del domingo
y que el futbol y los pingos
comienzan a no alcanzar.

Es verdad que los amigos
son lo más grande del mundo
y también que en lo profundo
de tu alma estás conmigo.

Escuchá lo que te digo,
metételo en la cabeza:
no se borra esa tristeza
subiendote a qualquier tren,
te hace falta una mujer
en lugar de mil princesas.

No pienses que es un consejo,
que te voy a enseñar yo,
si yo estoy mucho peor que vos,
mis recuerdos son añejos.

Buscá de frente al espejo,
en el botiquín del baño,
el frasco del desengaño
ya no tiene más pastillas,
jugatela a hacerla sencilla
que este puede ser tu año.

Dejala como sabés,
regalate la poesía
de vivir en compañia
de la mujer que querés.

Convencete que podés,
no te vayas a Sevilla
que vas a perder la silla
y la alegría más bonita
de encontrar la bombachita
colgando de la canilla.

Besala como sabés
regalate la poesía
de vivir en compañía
de la mujer que querés.

Convencete que podés,
no te vayas a Sevilla
que vas a perder la silla
y la alegría más bonita
de encontrar la bombachita
colgando de la canilla.