Letra de Agustín Irusta
Música de Héctor Presas
Y resignándome, en silencio, te perdí,
maldiciendo mi destino.
Pero tus ojos no apartaron su mirar
en esas noches en que, afiebrado,
hasta tu voz oí…
Todo fué mentira.
Todo fué un delirio.
Mas una estrella ilumina nuestra fe,
y volviste a mí!
Te pido no olvidemos el pasado
y juntemos nuestras vidas
sin una queja, sin un reproche.
Y en la bruma de esta noche
ocultemos nuestro ayer, Amor…
Sembremos de esperanzas el futuro
abrazados a un ensueño…
Hoy, como un eco muy lejano, una voz
de ventura me acaricia
con un concierto de optimismo
que le dió fuerzas a mi alma
cuando la creía vencida.
Y yo,
loco sin tus besos,
ciego sin cariño,
sólo esperaba tu perdón para caer
a tus pies, mujer…