Letra de Alberto Ballerini
Música de José Luis Padula
Dulce tango, el arrabal
fue la cuna de tus sones
y los dulces bandoneones
te mecieron sin cesar…
Polleritas de percal
fueron tus iniciadores,
gentiles derrotadores
de las sedas y las blondas,
de las versallescas biondas
que crearon el cancán.
Y con tu fuerza inicial,
llena de criolla altivez,
te subiste de una vez
desde el fango hasta el altar.
Que la canalla de frac
cambiándote de papel,
te hizo dueño del salón,
te hizo rey del cabaret.
Y de póstumo y maldito
mensajero del agravio,
que hacía brotar de los labios
al chocar de un empujón
la procaz interjección
de la pareja vecina,
hoy tu espíritu lo anima,
aristocrático anhelo
y vas desde el fango al cielo
y te olvidas de la china.
Que allá en el triste arrabal,
que fue cuna de tus sones,
y donde los bandoneones
te mecieron sin cesar,
las polleras de percal
fueron tu iniciadoras
y esas tangueras cantoras,
gentiles derrotadoras
de las franchutas creadoras
de cuadrillas y cancán.