El beso de muerte (tango)

Letra de Antonio Viergot
Música de O. Pérez Freire

Yo vi llegar al muchacho
por vez primera al Pigall
con el rostro vivaracho
de la edad primaveral;
desparramando alegría
y derrochando salud
entrar con él parecía
en aquel antro la luz.

Y aquel muchacho arrogante
que aún en sus labios latir
sentía el beso quemante
que le díó la madre al salir.
Tuvo la desgracia inmensa
que lo besara Margot
y que ese beso borrara
el que la madre le dió.
Fue aquel un beso de muerte
que le envenenó su ser,
quedando ya esclavizado
por la funesta mujer.

En vano la pobre madre
al hijo quìso salvar,
más ni con besos ni lágrimas
logró volverlo al hogar.
Los vicios lo destrozaron
y un triste despojo fue
lo que a aquella anciana
le devolvíó el cabaret.

Ayer lo enterraron,
Margot lo ha sabido,
su rostro de esfinge
ni se ha conmovido.
¡Pobrecito mozo!
bien caro pagó
el beso de muerte
que le dió Margot.