Letra de Héctor Gagliardi
Interprete: Héctor Gagliardi
«El Triste»
l.p. odeon dmo 55465
Hoy se realiza la cosa,
y ya se ha formado en torno,
del carro de los adornos,
la rueda de las chismosas,
y una de ellas de envidiosa,
le dice a la que esta al lado,
algun yuyo le habran dado,
se lo juro doña rosa.
Mensajeros apurados,
que solban toda la escala,
traen en cada telegrama,
un regalo fracasado,
el padrino, sofocado,
porque no tiene resuello,
piensa alarmado en el cuello,
que le tienen preparado.
La noche trae realidad,
calor de ceremonia,
la salida de la novia,
ya reunio a la vecindad,
esa curiosidad por verlos juntos,
se ha despertado a tal punto,
que doblo la cantidad.
Llega el auto, iluminado,
como vidriera de amor,
exhibiendo en su interior,
a los novios asustados,
que se sienten aplastados,
oyendo a grandes y chicos,
que comentan a los gritos,
los defectos encontrados.
Por fin, novios y cortejo,
pueden entrar en la casa,
y alli como siempre pasa,
viene el llanto de los viejos,
siguen despues los consejos,
que nadie les da valor,
y despues al comedor,
para inicar los festejos,
entonces tranquilamente,
comienza la gran funcion.
Va tomando ubicación,
el batallon de parientes,
y aquellos que solamente,
han venido por cumplir,
y ya ni los hace ir,
la carga de los valientes.
Empiezan las copas rotas,
y las bandejas subiendo,
parece que van corriendo,
una carrera de postas,
la mesa resulta angosta,
y en segundos la han dejado,
como un campo desvastado,
por la manga de langostas.
El lugar de los regalos,
lo vigila una parienta,
ciceron que comenta,
y aumenta lo que ha llegado,
seis veladores mandaron,
siete juegos de te,
hay dos lamparas de pie,
pero a una la abollaron.
con esta, son tres frazadas,
aquello que esta ahí envuelto,
el cuadro de un pato muerto,
rodeado de seis manzanas,
la batearia enlozada,
venia sin cucharon,
pero ya dijo el patron,
el lunes, por la mañana,
todos entran a mirar,
y a controlar si esta el suyo,
que contemplan con orgullo,
lo vuelven a tocar,
para de paso arreglar,
un poquito la tarjeta,
que al torcerse de coqueta,
ninguno se va a enterar.
La fiesta esta en su apogeo,
los chicos corren y pasan,
pero a menudo descansan,
señal de zapatos nuevos,
y en la cama del abuelo,
tres criaturas dormidas,
han quedado confundidas,
entre abrigos y sombreros.
Los novios se han escapado,
porque ya es un poco tarde,
y lloran juntas las madres,
por lo solas que han quedado,
y alla en un rincon sentado,
queda tirado el padrino,
con el cuello desprendido,
que lo tuvo estrangulado.
El dia empieza a venir,
los ultimos que se fueron,
son aquellos que vinieron,
un ratito por cumplir,
el gato quiere salir,
y al rascarse en los barrotes,
muestra resto en los bigotes,
de un merengue chantilly.