Letra de Enrique Cadícamo
Música de R. Quiroga
El bandoneón rezonga
y el violin con triste acento,
llorando la milonga,
le da brio y sentimiento;
las parejas se agitan
en majestuoso vaiven.
Mis nervios se me excitan
y bailo el tango también.
No hay niña que al escuchar
un tanguito de salon,
resista la tentación
de quererlo acompañar,
y cuando lo hace vibrar
la mira con expresión.
Se percibe un bienestar
y se agita el corazón.
Tango lindo que se estira
en un bandola atorrante,
y que sale agonizante
mientras se baila y se aspira.
Tango! Sos como una tira
de prepotencia y de mal,
sos lagrima y delantal,
sos velorio y cocaina,
y sos tristeza de mina
que se clava en un puñal.