El gaucho (iv) (en la paz del alero)

Letra de Belisario Roldán

Belisario Roldán (1873-1922)

El ombú, regio y escaso,
parte en dos la infinidad,
y en el vasto campo raso
pone el verdeante brochazo
de su fresca senectud.

El ramaje hospitalario
de corte arquitectural,
alza como un campanario
sobre el llano solitario
su gravedad conventual.

En una tarde radiante
de matiz y de color;
el gran sol agonizante
diluye como un diamante
el poema del fulgor.

Florescencia de oro y plata
vierte el día que se va
como en una cabalgata,
y un resplandor escarlata
se ha encendido muy allá…

Todo el cielo se constela
de viva coloración,
como si fuera una tela
y en la tela una acuarela
a base de bermellón…

Junto al rancho está agrupada
la tertulia pastoril:
el gaucho, de alta fachada,
la prole y la… «peor es nada»
movediza y juvenil.

La que lucía en los ojos
nocturna fulguración;
La de los labios más rojos
que los primeros sonrojos
de la primera turbación…

La de la mata de pelo
que se abre sobre la sien;
La que en amante desvelo
hizo un cielo de su suelo
y de su rancho un edén…

Bajo el alero amistoso
brilla su aire familiar,
y en un mohín cariñoso
tiende la guitarra al mozo
para que la haga llorar…

En melancólica pauta
las notas surgiendo van,
con su rima mansa y cauta
que evoca el tiempo y la flauta
en que suspiraba Pan…

Es a veces un gemido
que llora ausencias de amor;
llanto a veces contenido,
y otras es como un balido
tembloroso de dolor…

Cuando rompe en el lamento
de su ronco resonar,
el rasgueo macilento
remeda la voz del viento
azotando al trebolar,

Y es tan rítmica y tan fina
la prima, como el rumor
con que tenue y argentina
brota el agua cristalina
del seno de un surtidor…

Le arranca sones el mozo
como flores de un vergel,
y en el cantar ingenioso
no menta una vez el gozo
sin mezclar la patria en él…

Todo el llano está en su nota
y todo el llano en su atril…
canta, y en el canto flota
del amante y del patriota
la demanda varonil.

¡Dijera mal si dijere
que en el alma de aquel ser,
bajo el dolor que lo hiere,
también la tierruca adquiere
seducciones de mujer!

Y que al lanzar el cordaje
su simple ritmo escolar,
apropiándose el mensaje,
patria y novia, el homenaje
se podrían disputar.

El eco se desvanece
moribundo de humildad:
y al apagarse, parece
que en sus senos estuviese
llorando la soledad…

Queda la guitarra luego
palpitando de emoción,
como que está vivo el fuego
de la súplica y el ruego
que han ardido en el borbón…

Muere el día…. En el poniente
se agrisa la luz final
y sin ruido, dulcemente,
la tarde dobla la frente
sobre su lecho imperial.

En su gesto de reproche,
la sombra crepuscular
descorre el último broche
…y el cuadro se hunde en la noche
como un navío en el mar.