Letra de Horacio Ferrer
Música de Osvaldo Tarantino
Compuesto en 1978
Dicho:
Y entonces fue que sentí gemir al muñeco blanco
cautivo en su semáforo:
Cantado:
No me ves? Ay, peatón!,
de punta en blanco estoy.
En plena calle sangro, como vos,
y aquí estaré mañana, igual que hoy.
Ay, peatón, no sabés,
desesperao la vi
pasar fulana, sola, triste, y ‘linda!’ le grité,
pero no me oyó.
Por Dios, cruzá y corré, buscála y donde esté,
por mí decíle que no puedo así seguir
clavándome puñales en mi poste, y sin lograr
salir de este laburo sin jornales que me han dao.
Que, aquí, crucificao, de pie,
humilde, enamorao,
chiquito y por amor, la esperaré.
Dicho:
Me entienden los antiguos faroleros duendes.
Los amantes que miran satélites, me entienden.
Las citas de mi esquina me prestan sus encuentros
y me hacen una fiesta de penas por adentro.
De tanto en tanto vienen otros municipales
a cambiarme las lámparas y a conversarme un poco,
ellos saben qué llantos por el vidrio me salen,
que tengo la luz grave y este dolor de locos.
Cantado:
Pero una noche, al fin, ya me rechiflaré,
no sé cómo, no sé, tendré mi berretín!
saldré de mi semáforo a buscarla, y ya verás,
las luces amarillas mi alegrón te guiñarán.
Desnudo como estoy, feliz,
feliz la alcanzaré
y al apagar mi luz, qué amor le haré!