A pesar de que subsiste el error de sostener que los tangos primitivos
carecian de letra, desde los comienzos aparecieron coplitas ingenuas o
pornograficas, segun el ámbito donde se las cantara. Incluso los
tangos negros ya cargaban con sus estrofas. Luis Soler Cañas recogió
estas, de El Menguengue, aparecidas originariamente en El Carnaval de
Buenos Aires, «publlcación anual dedicada a la juventud argentina», en
febrero de 1876:
Ay! si Flancisca muere
pobre menguengue
que vá á querá
sin tener teta golda
de la morena para chupa.
Y repué tata viejo
también solito
se va a querá
y ya a su Flancisca
en la amaca
no tenguerá.