El peluquero

Letra de A. Mastra
Música de A. Mastra

Esta milonga fue una notable creación de la orquesta del maestro
Jose Basso cantando Floreal Ruíz

El peluquero más famoso de la villa
era Juan, y más tenorio que el Barbero de Sevilla
Todo un personaje de primera
para el peine, la navaja y la tijera.
Lo recuerdo como si lo viera
relojear por la vidriera del salón
a la hija del petiso boticario
que enseñaba corte y confección

Y entre corte y tijera,
vidriera y vereda
empezó el metejón…

Siempre usaba taquito a la francesa
media bota, y bien caido el pantalón,
ajustada en el talle la chaqueta,
de lustrina de aragón,
le cruzaba el chaleco una cadena
que aguantaba un «tres tapas» pulentón.

Cierta vez lo sacó del café un oficial
y de allí se desacató hasta en la seccional,
lo quisieron bañar, lo pelaron después,
ahí le hicieron saltar el taquito francés.

Pero su dignidad de hombre de condición,
cuando la libertad le dió el juez de instrucción,
le tiró los tamangos en la vereda
y descalzo se fué para el salón.

Al fin de un tiempo me enteré que el comisario
pretendia a la botija del petiso boticario.
Eso era la prueba de que el mozo,
le cortó el pelo y los tacos de celoso.
Pero como no es siempre más fuerte
ni la plata ni la suerte, la razón,
pudo al fin aquel muchacho peluquero
ser el dueño de su corazón.

Y entre corte y tijera,
vidriera y vereda
empezó el metejón…

La cuestión que el barbero,
al cabo taquero,
le dió una lección.