Letra de Jaime Dávalos
Música de Eduardo Falú
En la mañana estival
sube tu canto de amor,
y el agua baja cantando
la festiva plata
sonriente del sol.
En los cedrales la luz
quema su eterno verdor,
y los helechos recogen
tu silbo que hiere
la umbría de amor.
Se abre tu canto como la flor de laurel
es el otoño hecho tierra
que entre tu pico
sube a florecer.
Sueño que sueña la lluvia
lágrimas de estrella
que vive en la miel.
Cuando se apague tu voz
en el silencio invernal,
el corazón de los cedros
y el jazmín del monte
la cobijará.
Con tu canto volveré…
tengo en la sangre un zorzal,
que todas las primaveras
el sueño del agua
se despertará.