Letra de R.Iriarte
Música de Francisco Brancatti
En tu cuerpo de tatuajes adornados,
hay recuerdos que no puedes ya borrar;
mi retrato que en tus carnes estampado
te persigue sin queriéndolo olvidar.
Pobre iluso, que soñé con tus encantos,
si un cariño no vivió jamás en ti.
Fue tu antojo profesarle amor a tantos
para luego abandonarlos como a mí.
Me da pena, mujer loca;
que al soñar con ese traje
de caprichosos tatuajes
no aprendiste a querer.
Tu pecho ostenta los bustos
de tus hombres engañados
sin ver que en tantos pecados,
uno te hará padecer.
Pues en todos los momentos de tu vida
soy la sombra que alejarla no podrás;
se que manas mucha sangre de una herida,
que algún día con dolor me lo dirás.
Es un fuego que dejastes apagado,
y que el soplo del destino lo encendió
para verte entre las llamas de un pasado
enseñándote a sufrir igual que yo.
Aunque quieras, hoy no puedo
darte un beso en esos labios;
fueron tantos mis agravios
que hasta el dolor olvidé.
Y de volver a tu lado
me haría falta coraje,
tu amor está en el tatuaje
y ese amor no inspira fe.