El tren de las once (tango)

Letra de Horacio Sucena
Música de Horacio Sucena

Grabado el 25.06.1945 por la Orquesta de Juan
D’Arienzo con la voz de Armando Laborde.

I
La furia del viento doblega mi vida
y agranda la herida
de mi desazón,
la lluvia me azota junto a las barreras,
es larga la espera,
fugaz la ilusión…
El tren de las once se acerca jadeante
cruzando al instante
sembrando pavor,
los ojos de sangre del último coche
lloraron la noche
de mi dolor!

II
Un día lejano
se fué mi esperanza!
Las luces del centro,
imán de locuras,
llevaron sus ansias
por mil desventuras!
Tal vez una noche
detenga su marcha
el tren de las once,
y vuelva mi amor!…

I (bis)
La luna se empolva con luces de estrellas
plateando las huellas
del ferrocarril,
la brisa aromada susurra canciones
brindando emociones
de encanto sutil…
El tren de las once, por fin se detiene…
es ella que viene!
buscando el perdón,
silencio en las almas, brotar de esperanzas
dos almas que avanzan
y una ilusión!…

Estos versos contienen una singular metáfora: «los ojos de sangre del
último coche» se refiere a las dos luces rojas o faroles que llevan
generalmente los últimos coches de un tren.