Letra de Horacio Ferrer
Música de Raúl Garello
Compuesto en 1992
Con los fueyes medio en coma, ya el Tarila y el Cotongo,
milongueros que se han muerto con sus muertas bailarán.
Noche de último suspiro, misa de último rezongo,
noche mugre y anunciada la del último bailongo
y un harapo será el cielo desnucado en el parral.
De los últimos cotorros son las últimas parejas,
van de smoking o desnudas, sospechándose el crespón.
Con los iris asomados sobre el arco de las cejas,
zampan trágicas figuras, ralentadas como quejas
al tirar sobre la pista, cada cual, su corazón.
Y minga de vida y de amanecer,
se irán los zapatos tangueando sin pies,
con los maniquíes saldrán a danzar
parejas de seres que no nacerán.
Los trajes vacíos, manchados de adiós,
caerán por los bares sin sed ni patrón
y los bailarines se irán a tirar
desde un horizonte cachuzo y final.
Abrazados por los huesos, con los miedos a manojos,
pues las últimas estrellas son a fósforo y a gas,
cada cual en este baile para Dios es un antojo,
formas últimas de sueños y crepúsculos de ojos,
paso a paso al precipicio que está de último compás.
Y un diabólico canyengue de otro mundo, un canyengazo
sobre un mundo de agonía su misterio entablará,
y de abajo de la pista siete bárbaros biabazos
mandarán ases y reinas de cabeza para el mazo
en un bíblico escolazo que ya nadie entenderá.
Y minga de vida y de amanecer,
se irán los zapatos tangueando sin pies,
con los maniquíes saldrán a danzar
parejas de seres que no nacerán.
Los trajes vacíos, manchados de adiós,
caerán por los bares sin sed ni patrón
y los bailarines se irán a tirar
desde un horizonte cachuzo y final.