Letra César Lenzi
Música Edgardo Donatto
Fue una primavera,
no te conocía,
cuando por Palermo
te miré pasar.
Fue como un milagro
y, desde aquel día,
ya no nos pudimos
nunca separar…
Entre la arboleda
de las viejas quintas
y en el miserable
cine de arrabal,
yo besé tus manos
y, de amor temblando,
nos fuimos amando
casi sin hablar
En voz baja,
juntitos los dos,
todas las caricias,
toda la ilusión,
en voz baja,
en la media voz
aterciopelaa
de mi corazón…
En voz baja,
juntitos los dos,
toda la ternura,
toda la emoción,
en voz baja,
como murmurando
nos fuimos fundiendo
en nuestra pasión.
El apartamento,
la ilusión secreta,
la escalera en sombras
tan larga y fatal
y el ojo travieso de una luz inquieta,
lamparita taita
de mi soledad…
Las tres de la tarde,
invernal afuera;
frío, viento, lluvia,
pasos, ansiedad;
la puerta se abre
y cuando se cierra
ya está entre mis brazos
la felicidad.