Es que hueles a pellejo (milonga)

Comento algunos consejos
para quien quiera escucharlos,
trabaja pero no tanto
si quieres llegar a viejo.
Yo trabajé pa un pendejo
teniendo dieciocho daños,
sí curtí amigo pellejos
y sólo conseguí daños.

Eran pieles de cordero
todas las que yo curtía,
luego haciendo fantasías
sacaban de allí visones,
se llevaban la viruta,
yo me quedaba en calzones,
hay que ver las tentaciones
de asesinar que tenía.

Fue la novia de mi barrio
la que encauzó mi cabeza,
yo la notaba lejana
en esos últimos tiempos.
Se apartaba de mi abrazo,
arrugaba el entrecejo,
y al preguntarla me dijo
Es que hueles a pellejo.

Un buen día determino
que aquí se acaba la historia,
que me salgo de esta noria,
y al capataz se lo digo.
Me mira el tipo muy fino,
pone una mueca burlona,
y me suelta de este asunto
hay que hablar con la patrona.

El follón fue de primera,
ahora me acuerdo y me río
no os imagináis el lío
que organizó la señora.
Hice un firme juramento
en aquel día lejano,
no trabajar más en vano,
y que el negocio sea mío.