Letra de Horacio Ferrer
Música de Osvaldo Tarantino
Compuesto en 1978
Cuando escuchés en Buenos Aires
que todo el viento se perfuma,
es Margarita la florista,
y lo que aroma es su emoción.
La medianoche la oyó
como una Margot Fontaine de San Telmo pasar
con su canastita al brazo y preciosa bailar,
Margarita rubia, y ofrecer, flor por flor,
y la vio, de boliche en bar y al ser el alba, al fín,
la sintió, otra vez,
rumbo del mercado de las flores ir.
Y él era pibe Franwois
que piantado de París se ganaba su pan
con su máquina de fotos en un dos por tres,
De Malena al Almacén, y Dios, el buen Dios,
le bon Dieu, lo llenó de tangos con olor de azahar,
esa vez, que a los dos,
una madrugada al sur los encontró.
Cuando escuchés en Buenos Aires
que todo el viento se emociona,
es Margarita la florista
la que suspira por amor.
Fueron la fiesta del sur
la porteña y el francés, por allá y por aquí,
en la moto que él compró y era un pétalo azul
que en sus ancas los llevaba y, quien logró,
como yo, ver a la florista y al fotógrafo,
sabe que vio al amor,
él diciendo «Isa!» y Margarita «Oui!»
Y fue que un día el volvió
a poner un restorán en Tolón y, al partir,
a Margot le prometió que el pasaje de avión
le enviaría pronto desde allá; y ella está,
ay, Margot!, con todas sus flores esperándolo,
pero yo ya la vi
rumbo del mercado de los llantos ir.
Cuando escuchés en Buenos Aires
que el viento sur entero llora,
es Margarita la florista
con sus ramitos de dolor.