Letra de Roberto Bianco
Del CD del mismo nombre grabado para el sello REMIX (1998). Roberto
Bianco nació en Montevideo en 1930. Es poeta, letrista, charlista e
intérprete.
De la misma forma que los tangos «rabiosamente uruguayos» de Manuel
Picón, que están en esta misma página web, hay que ser uruguayo o
haber vivido en Uruguay, (y tener unos años encima
), para comprender
este poema (con fondo de tango) en su totalidad. De todas maneras, la
gran mayoría de los dichos y nombres son conocidos por todos.
Gracias mi MVD, por el sol de la ciudad
y tu doble identidad de archiduque y archireo;
gracias por el Ateneo, gracias por Rodó y Ariel;
Por el Pereyra Rosell, por el flaco Zitarrosa,
el canario Julio Sosa y al mago, Carlos Gardel.
Gracias por China Zorrilla y por Alberto Candó,
por Carlos Paez-Vilaró y Julo Sánchez Padilla;
por el grito del canilla y por la marcha camión,
por el Cerro y por la Unión, por Maroñas y sus pingos,
los ravioles del domingo y la grappa con limón.
Gracias por las matinés y por la sesión vermouth,
por Juana de Ibarbourou, Sorocabana Café,
por el himno a Don Jose, gracias por Marcha y Quijano,
los gallegos y los tanos, por el termo bajo el brazo,
Fosforito, Chicotazo, Mastra y el tito Cabano.
Gracias por Decalegrón, por el Chicho y Pinchinati,
por Ravioli y por Raciatti, por Durazno y Convención,
por Oscar Moglia,campeón; por la yapa y el vintén,
el sucerido almacén, los ñoquis del 29,
un real al 69 y el primus a querosén.
Gracias por Wimpi y Juceca y por el León de Carmelo,
por los Club de los Abuelos, el Mediomundo y Torraca,
por Catusa, por Araca; Pintín y La Puñalada, Juan Angel y Morenada;
gracias por el carnaval, las criollas de la Rural y el desfile de llamadas.
Gracias por el clarinete del negro Santiago Luz,
por el Eduardo da Luz, por el Gato y el Cachete,
el Ruben Barco, Piquete; por Cuareim y por Ansina,
las Caleras de la Tina, la escultural Rosa Luna,
la voz del Canario Luna, y por el Pepe Corvina.
Gracias por el viejo Artigas de la Plaza Independencia,
el Señor de la Paciencia, los muchachos de la estiba,
por el Rampla y por Cajiga, por la milonga orillera,
las zapatillas rancheras, por las crónicas del Laco,
por la media-suela y taco, por el sol de Jacinto Vera,
gracias por Carlos Solé, por el galgo de la ONDA,
gracias por las buenas ondas de Rada y Pancho Nolé.
Por la «cortita y al pie», por mi trompo y mi cometa,
la tiendita La Coqueta, la diosa Marta Gularte,
por la UTU, Bellas Artes, por Belloni y La Carreta,
gracias por los guitarreros de la alta nochería,
por Joaquin Torres García y las lozas del Boyero,
gracias por el 6 de enero y el judas de navidad,
por el carro del Chaná, la feria de Tristán Narvaja,
por el «Fenix no baja» y el cafe Tupí Nambá,
y gracias Montevideo por el Dalton y Pendota,
por la Guambia y su patota, por Jaime Ross y Mateo,
por los ranchos del buceo, la excursiones al Chuy;
la peatonal Sarandí, el mate con tortas fritas,
el tango La Cumparsita y el Bardo del Tacuarí.
Gracias por mi credencial de ciudadano uruguayo,
por el 1° de mayo, Peñarol y Nacional, por el canto popular,
gracias por los frenteamplistas, por los blancos,
los batllistas, por AGADU y por su ley,
y porque salga la ley de protección al artista.
Y Gracias Montevideo, te lo chamuyo en lunfardo,
porque me siento más bato en mi lirico floreo,
porque sos como te veo, raso blue jean y percal, barro,
centro y arrabal, creyente, neutro o ateo,
gracias Montevidieo, capital del Uruguay.