Letra de Enrique Dizeo
Música de Juan Polito
Tango
Bermejo está de duelo, enmudeció el suburbio.
Las calles del Abasto calladitas están.
Del mundo de los vivos se fue Pichón, el Rubio,
A dónde van los muertos, Señor, a dónde van?.
Gurruminita! lindo, travieso, callejero
con ojos picarones, inquieto y saltarín…
Por qué dejaste solo el barrio bullanguero
y a tu hermanito amado sumido en el sufrir?.
En brazos del destino
que siempre con el pobre
se ensaña duramente
para pagarle mal,
te remontaste al cielo
por revolear un cobre
en la barriada humilde
vestida de percal.
La muerte, ingrata y mala, te castigó temprano.
Tal vez porque jugabas vino a tratarte así.
Un auto que cruzaba tu barrio suburbano
entristeció la noche postrera que te vi…
Pobre mamita buena! que te adoraba tanto
sus horas de amarguras se pasa sin cesar;
y toma tu retrato con celo sacrosanto
y lo acaricia a besos poniéndose a llorar.
Cuántas abuelas tiernas
que tienen nietecitos
y que en sus pechos guardan
un dulce corazón.
También te extrañan mucho,
como tus amiguitos
que cariñosamente
te llamaban Pichón.