Letra de Enrique Cadícamo
Música de Rosendo Pesoa
Este tango fue grabado por Don Ignacio Corsini en dos oportunidades:
el 31 de enero de 1927 y el 26 de setiembre de 1929, matrices 361 y
4634 respectivamente. Solamente se editó en long play la segunda
versión. Rosendo Pesoa, compositor de esta obra, fue uno de los
guitarristas del trío que acompañara a Corsini en casi todas sus
grabaciones, falleció en 1951.
Pobre viejecita, que arrastrando sus piltrafas,
va dejando el reguero de su mal.
Tuvo veinte abriles como todas,
hoy está vieja, incomoda, es un jirón fatal.
Pasa de miseria temblequeando
una mano va apoyando en un mísero bastón,
y en su mirada, lleva apagada…
Quién sabe qué ilusión.
Oh, divina juventud, que te vas,
y dejás el sabor del dolor.
Cuántas noches sollozando,
despues de una «champagneada»,
pobre! la he visto tirada,
sobre un umbral sollozando.
Hojarasca que la vida, arremolina sin fe,
por el frío veredón, va su dolor haciendo pie.
Hoy en la barcaza de la vida, se declara,
casi hundida y se siente naufragar.
Junto al madero de su pena,
lleva muerta una azucena, ya la vejez llegó.
Pobre viejecita que en las calles, encontramos,
paso a paso, sin familia y sin hogar.
Madre de nadie, hojas al viento
que arrastra la ciudad.