Letra de Juan A. Caruso
Música de Francisco
Música de Juan Canaro
Era una tarde, corria una brisa
muy calida y suave por la rosaleda.
Cerca del lago, leyendo poesias
estabas oculta entre la arboleda.
Turbe el silencio
con mis pisadas,
hubo un suspiro
y dos miradas.
Era una tarde, corria una brisa
muy calida y suave por el rosedal.
Y nos volvimos a ver
en aquel mismo lugar
y grabado en un rosal
quedo un nombre de mujer
como un recuerdo imborrable
de horas vividas de ilusión.
Mientras, la tarde moria
y el sol nos enviaba un beso de amor.
Mas no eramos iguales
y eso nos separaba;
un mundo de distancia
habia entre los dos.
Tu eras de familia
muy rica y distinguida,
yo en cambio solamente
era un trabajador.
Vivias entre el lujo
en un regio palacio,
ningun amor sincero
podias tu sentir.
Tus autos y lacayos,
tu oro y pedreria,
tus sedas, tus encajes,
te alejaron de mi.