Gerardo Hernán Matos Rodríguez
Versión grabada por Osvaldo Pugliese en 1959
Cantado
La cumparsa,
de miseria sin fin, desfila,
en torno de aquel ser enfermo,
que pronto ha de morir de pena.
Por eso que en su lecho
zolloza acongojado,
recordando el pasado
que lo hace padecer.
Recitado
Yo puedo batir que es tango
porque en su cuna nací
y de purrete aprendí
a rezar su abecedario,
yo sóy de su mismo barro
y en su barro he de morir.
Al tango lo conocí
en lateadas melodías
de un organito de mano,
en el aterdecer suburbano
de la triste infancia mia.
Como juguete no tenía,
iba a buscar alegría
en esos dos muñequitos,
que tenía el organito
y que al compas del tango
se movían.
Cuantas veces le batía
al hombre de la pata e’palo,
que no era un hombre malo
como muchos lo creían.
Me deja tocar un cachito? …
y campaneándome de reojo
me respondía como con enojo…
Bueno… pero tocá fuerte,
y al ver que se daba suerte,
en mi ilusión de botija,
me prendía a la manija
con tódas las del corazón.
Me copaba la emoción,
dos muñecos sensibleros
y el acénto compadrón
de un tángo bien orillero.
Yo puedo batir que es tango
porque en su cuna nací
y de purrete aprendí,
a rezar su abecedario,
yo soy de su mísmo barro
y en su bárro he de morir.
Cantado
Si supieras
que aún dentro de mi alma
conservo aquel cariño
que tuve para ti,
quien sabe si supieras
que nunca te he olvidado
volviendo a tu pasado
te acordarás de mi.