Letra de Herbert Fayet
Del libro, desde australia.
Tan triste estaba mi madre
cuando me fué a despedir,
que en silencio sollozaba
y mi rostro acariciaba
a la hora de partir,
yo la quise consolar
y cuando traté de hablar…
…no le supe que decir.
Mi madre siempre sabía
con una sola mirada
si algun dolor me afligía
o una pena me embargaba…
ella, entonces me besaba
con ternura sin igual,
y aquel amor, que una madre
a sus hijos sabe dar.
Ocultando mi tristeza
para no hacerla sufrír
con un resto de entereza
quise en vano sonreir…
…pero al irme a despedir
y cuando un beso le daba,
no le supe que decir
porque yo tambien lloraba!
Su recuerdo esta impregnado
en las cosas mas hermosas!
en los jazmines y rosas
que en el jardín han brotado,
en la gota de rocío
al despertar la mañana,
y en la flor de aquella rama
que va flotando en el rio.
Y hoy, cuando miro hacia arriba
y contemplo las estrellas,
me parece que una de ellas
la mas bella…
…es mi madre que me mira!