Tal vez, por ser afortunado en el querer
no he sido desconfiado pa’ la mujer,
siempre supe entreverarme sin complicarme
y al fin largue.
La fui de mozo, vivo y rompedor,
mientras dure el jueguito ligador,
pero la ultima fulana,
me adelanto el reloj.
La vi pasar y me enrede,
en la armonia de su andar,
que monumento, el churro aquel,
que calidad,
nunca crei, pobre de mi,
que esa fulana fuera mi fin.
Cuando mi orgullo de varon,
entro el en juego de planchones
y de ruegos que ella lo esquivaba asi:
que no puedo,
que quien sabe,
que esta noche,
que mañana,
la cuestion que la fulana,
me dio el dulce y lo mordi.
Ya ven, que aquel mocito taura y rompedor
hoy es un convencido yugador,
bien calladito en su uniforme de changador.
La vida es puro grupo y nada mas,
hay que vivir en serio y laburar,
y buscar a la fulana,
que a uno lo haga cambiar.
La vi pasar y me enrede
en la armonia de su andar,
que monumento, el churro aquel, que calidad,
nunca crei, pobre de mi,
que esa fulana fuera mi fin.
Cuando mi orgullo de varon,
entro el en juego de planchones
y de ruegos que ella lo esquivaba asi:
que no puedo,
que quien sabe,
que esta noche,
que mañana,
la cuestion que la fulana,
me dio el dulce y lo mordi.