Letra de Celedonio Esteban Flores
Música de Pedro Maffia
Versión cantada por Carlos Gardel el 5-12-1930, con acompañamiento de
la orquesta de Canaro.
No es que esté arrepentido
de haberte querido tanto:
lo que me apena es tu olvido,
y tu traición
me sume en amargo llanto.
Si vieras, estoy tan triste
que canto por no llorar;
si para tu bien te fuiste,
para tu bien
te tengo que perdonar.
Aquella tarde que te vi,
tu estampa me gustó,
pebeta de arrabal;
y sin saber por qué yo te seguí
y el corazón te di
y fue tan sólo por mi mal.
Sí fue sincero mi querer,
que nunca imaginé
la hiel de tu traición;
que solo y triste, piba, me quedé,
sin amor y sin fe
y derrotado el corazón.
Después de libar, traidora,
en el rosal de mi amor,
te marchas, engañadora,
para buscar
el encanto de otra flor.
Y buscando la más pura,
la de más lindo color,
la ciegas con tu hermosura
para, después,
engañarla con tu amor.
Ten cuidado, mariposa,
de los mentidos amores;
no te cieguen los fulgores
de alguna falsa pasión,
porque entonces pagarás
toda tu traición,
toda tu maldad.
(Repite 1 y 2)