Emilio D. Uranga
La negra noche tendió su manto
surgió la niebla, murió la luz;
y en las tinieblas de mi alma triste
como una estrella brotaste tu.
Ven ilumina la árida senda
por donde vaga loca ilusión
dame tan solo una esperanza
que fortifique mi corazón.
Como en las noches y en los jardines,
asi en mi alma, niña adorada,
nació mi amor.
Ya veo que asoma tu rostro de angel,
siento la dicha, dentro del alma,
no hay tinieblas
ya no hay tinieblas con tu mi amor.