Ya está cerrada con tres candados
y remachada la puerta negra,
porque tus padres están celosos
y tienen miedo que yo te quiera.
Han de pensar que estando encerrada,
vas a dejar de poder quererme,
pero la puerta…ni cien candados…
van a poder a mi detenerme.
Pero la puerta no es la culpable
de que por dentro tú estés llorando,
tú a mí me quieres y yo te quiero,
la puerta negra sale sobrando.
Díles por ahí a tu padre y madre,
que si ellos nunca el amor gozaron,
y si se amaron también la puerta,
la puerta negra se la cerraron.