Letra de Antonio Napoli
Música de Agustín Magaldi
Levanta la frente. No escondas la cara.
Enjuga tus lagrimas: echate a reir.
No tengas vergüenza, a tu rostro aclara:
Por que tanta pena? Por que tal sufrir?
Ya se que tu falta sera para el mundo
escandalo, risa, placer y baldon;
mas yo soy tu hermano, y al ser juez me fundo
segun los dictados que da el corazón.
No es falta la falta que da luz a un niño:
la ley de dar frutos es la ley de la flor…
No peca quien brinda la fe del cariño,
ni es crimen el darse confiada al amor.
Malvado es el hombre que infiere la ofensa;
infame es el hombre que infiere y se va,
y deja la fuente, la flor y no piensa;
no piensa siquiera que un ser nacera.
Acercate, hermana: no llores, no temas;
la ley de ser madre es ley natural;
las madres son diosas con tantas diademas
ya cumplan o violen la norma legal.
La madre casada, la madre soltera…
son todas iguales: son una, no dos;
lo nieguen las leyes; lo nieguen quien quiera,
son todas iguales delante de Dios.
No temas, hermana…! Ya ves… te comprendo,
de nada te culpo, mi afecto te doy;
mi casa, mis brazos, mis puños te ofrendo;
del hijo que traes cual padre ya soy.
No temas, hermana; tendras mis ahorros;
tendras todo aquellos que aqui dentro ves…
Tu buena cuñada me dio dos cachorros,
de cuenta hare, hermana, que ya tengo tres.