J. de la Vega.
Agustín Bardi.
Pagando antiguas locuras
y ahogando mi triste queja,
volvi a buscar en la vieja
aquellas hondas ternuras
que abandonadas deje.
Y al verme nada me dijo
de mis torpezas pasadas,
palabras dulcificadas
de amor por el hijo tan solo escuche.
Besos y amores…
amistades… bellas farsas
y rosadas ilusiones
en el mundo hay a montones
por desgracia…
Madre hay una sola…
y aunque un día la olvide,
me enseño al fin la vida
que a ese amor hay que volver.
Y nadie venga a arrancarme
del lado de quien me adora,
de quien con fe bienhechora
se esfuerza por consolarme
de mi pasado dolor…
Las tentaciones son vanas
para burlar su cariño:
para ella soy siempre un niño,
bendito sus canas,
bendito su amor.