F.Rodríguez
No importa que te vistas de princesa
ni prodigues sonrisas al pasar,
si sabemos que sólo te interesa
–con amarga tristeza–
quien te quiera comprar.
El beso que ahora vendes tan barato
en tus noches de orgía y liviandad,
te lo pagan tan sólo por un rato,
pues su sabor ingrato destila falsedad.
Mala,
cuando te pesen los años
y de tantos desengaños
te quieras arrepentir.
Mala
inútil será tu intento
porque en tu arrepentimiento
el tormento has de sufrir.
Si añoras el hogar
que tú misma deshiciste,
cuando vivas tu amarga soledad
ten presente así tú lo quislste,
pues tú sola fuiste
culpable de tu maldad.
Que el premio a una existencia
dislpada, fatigada, te hiera el corazón,
y si un día te ves desamparada,
de todos desahuciada, pídele a Dios perdón
Mala,
siendo mala por tu antojo llegarás
a vil despojo en tu destino fatal.