El rojo beso que guardaba para mí
bajo la lluvia en aquel frío malecón
hizo estallar mi corazón
y me arrastraste como un moreno ciclón.
Tus ojos negros me miraron sonriendo
una caricia resbalé sobre tu cuerpo
y descubrí, con ilusión,
que en mi esperanza aún podría dar amor.
Un día te soñé
no pude imaginar
que algún tiempo después
te pudiera encontrar.
Tú serás para mí
un nuevo comenzar,
tú serás el latir
de mi felicidad.
Cuando ya piensas que has perdido la partida
por algún lado siempre resuena la vida
es el placer de despertar
y darte cuenta de que el sueño es realidad.
Nuestras miradas se cruzaron un momento
tú te cimbreaste con estudiado talento
imaginé oir tu voz
y me arrojé a la dulce trampa de tu amor.