Letra de Roberto Rufino
Música de Roberto Rufino
Se nublaron sus ojos de cielo
y el jazmín de sus manos temblaba
he bebido sus lágrimas tibias
al besar su carita de santa.
En un blanco pañuelo de encaje
una rosa de sangre dejaba
yo le dijé: Que tienes, mi vida?
y ella dijo, llorando, no es nada!
yo le dijé: Que tienes, mi vida?
y ella dijo, llorando, no es nada!
De rodillas, muy junto a su lecho
empapando con llanto su almohada
– no me dejes que vuele hasta el cielo,
el cristal de su voz suplicaba
Y de pronto, cruzó por el cuarto
una sombra buscando su alma,
se quedaron sin brillo sus ojos
y sus manos quedaron helados
se quedaron sin brillo sus ojos
y sus manos quedaron helados
Pobre novia! Ni besos, ni ruegos
consiguieron, después, despertarla;
parecía una Virgen dormida
pero estaba muy fría y sin alma
Puse un ramo de blancos jazmines
donde estaba sus manos cruzadas;
la lloré con un llanto muy suave
y hasta el cielo elevé una plegaria
la lloré con un llanto muy suave
y hasta el cielo elevé una plegaria.