Milonga en rojo

Letra de José González Castillo
Música de Lucio Demare
Música de Roberto Fugazot
Compuesta en 1942

Cuando cantan las chicharras
en las pardas cina-cinas,
y se amodorran las chinas
en las sestiadas de enero
se oye cantar al sandiero
su pregón por las esquinas.

Parece de plata vieja
por lo bruñida su piel…
Como grabada a cincel
lleva una marca en la ceja
y, jineteando en la oreja,
el cuajarón de un clavel…

¡Sandía calada!
¡Sandía colorada
jugosa!… Para las mozas
enamoradas.
Vendo sandía,
sandía calada.

En la vereda arbolada
cabecea algún vecino…
Es un fogón el camino
ardiendo en la resolana
y el carro, de mala gana,
tira el overo cansino…

Con sonora gambeteada
cruza un tábano zumbón
y, sobre el verde montón
de las frutas apiladas,
hay dos sandías caladas
justificando el pregón…

¡Sandía calada!
¡Sandía colorada
jugosa!… Para las mozas
enamoradas.
Vendo sandía,
sandía calada.

Al ver las rojas heridas
el mozo, siniestro, evoca
la pasión ardiente y loca
que le hizo buscar un día
el jugo de una sandía
en la pulpa de una boca…
Y al hacer la caladura
clava – soñando – el facón,
mientras vuela el corazón
hasta la novia perjura
que le dejó una abertura
de sandía, en el corazón…