Mis harapos

Caballero del ensueño, tengo pluma por espada.
Mi palabra es el alcázar, de mi reino la ilusión,
mi romántica melena, así lacia y mal peinada,
es más bella que las trenzas enruladas de linón.

Tengo un primo poderoso, él es rico y bien querido.
Yo soy pobre, soy sincero, pienso, escribo y sé soñar.
Y una noches de ésas noches, tan amargas que he sufrido,
mis harapos con su esmoquin, se rozaron al pasar.
Mi miró como al descuido, no dejó su blanca mano,
se estrechara con la mía, contagiándome el calor.
A él su esmoquin lo vestía, mi elegante primo hermano,
y alejóse avergonzado de su primo, el soñador.

El helado a ciertos ratos, arreciaba, incompasivo.
Yo sentía frío afuera, frío adentro, y todo así.
Y arrimándome a una puerta, rompí en llanto compulsivo,
y llorando como un niño, como un hombre maldecí.

“Va rozando las hilachas de mis trágicos harapos.
Una mueca de ironía, mi miseria le arrancó.
Así ríen en los charcos los inmundos renacuajos,
Cuando rozan el plumaje, de algún cóndor que cayó”. (Hablado)

Arquetipo inconfundible, de tartufos que disfrazan,
con el corte irreprochable de algún esmoquin o frac,
tú eres primo el arquetipo, mis orgullos, te rechazan,
déjame con mis harapos, son más nobles que tu frac…

Tú eres primo el arquetipo, mis orgullos, te rechazan
Déjame con mis harapos, son más nobles que tu frac…