Letra de Horacio Ferrer
Música de Graciela Yuste
Compuesto en 1977
Del sótano en llamas del futuro asfalto
casi en carne viva yo sé que vendrán
volando los siete bandoneones blancos,
bíblicos y bravos del día final.
Temblarán las torres con su canyengazo,
los dedos del aire se persignarán
y una tecla encinta de amorosos tangos
fraseará el misterio de la soledad.
La noche, la noche de los bandoneones!
se irán sembrando tangazón y penas
con una cósmica y bestial ternura
y la ciudad se clavará veredas
toda vestida de lastimaduras.
Y zaparán, ay, alma mía
y callarán y partirán
los siete bandoneones del día final.
Como en una suelta de gargantas negras
Dios, tocando bajo, los despenará
y echarán los fueyes por sus siete jetas
la misa milonga de la eternidad.
Y el Pampero en huesos gemirá sin cuerdas
como un hondo aljibe que perdió el brocal
y una mano niña y entroilada y terca,
sobre los teclados se pondrá a llorar.