Enrique Cadícamo
Juan Carlos Cobián
Viejo tango de mi juventud
hoy surges en mi evocación.
Tus dulces notas tienen la virtud
de emocionar mi corazón.
Tu motivo tan sentimental
garda un aroma antiguo y fiel,
como los viejos frascos destapados
guardan desmayados
hálitos de ayer.
Se vá la vida
como un tango que se acaba,
ya no me espera por Florida
la que tanto y tanto amaba.
Los bailes de esos carnavales
que en el Opera se daban,.
todo aquello siempre está,
enredado en los recuerdos
que hoy me hacen soñar.
Tango del pasado que quedó
entre las teclas de mi piano.
De mundano smoking te bailé
cuando era un famoso gigoló.
Era el tiempo aquel
que hacían sensación
las poupés de petit gris.
Ay Margot,
tu sombra pasa por el salón
de un viejo «Armenonvil»