Letra de Enrique Cadícamo
Poema publicado en el libro VIENTO QUE LLEVA Y TRAE de Enrique Cadícamo.
Algo para recordar
fue el palé de glas que estaba
sobre la calle posadas
llegando a Avenida Alvear.
Era un cabaret famoso
en la década del veinte,
con un juvenil ambiente
elegante y bullicioso.
En las noches de verano
solamente funcionaba
y la orquesta se llamaba:
Žd’agostino – ferrazzano.
Alta tensión en las mesas
con tangos que enardecían
y en tu parquet se lucían
las piernas de las diablesas.
Una vez, cuando salía
Gardel, una madrugada,
ahí nomás, frente a la entrada,
de un plomo herido caía.
Por polleras, un celoso
apellidado gallego
desenfundó, le hizo fuego
y casi mata al virtuoso.
Entre Alippi y Avelenda
al cantor lo socorrieron,
en un coche lo metieron
a al clínica a toda rienda.
Frivolidades nocturnas
de muchachas contratadas
de ojeras muy pronunciadas
y miradas taciturnas.
Muñeca de cotillón,
copas de dulces resabios,
falso rojo el de sus labios,
igual que su corazón.
Zarabanda de color
bulliciosa y juvenil
brumoso sueño senil
del hombre trasnochador.