Letra de Alberto Peyrano
Música de Mireya
Recuerdo con dolor aquellas horas
de lucha y de trajín y atardecer
cuando el silencio devoraba todas
las cosas que hoy intento renacer.
Mataba lentamente la esperanza
fingida en la ternura de una piel;
una maraña incierta de distancias
las gotas del afán por florecer.
Hoy digo basta, comprendo que hay sonrisas
que lentamente vienen a mi lado
dando luz a mi vida y a mis años
en un amanecer que tiene prisa.
Tal vez mañana los sueños sean verdades,
tal vez me pierda en soles de alboradas,
tal vez tenga un lugar en esta escala,
tal vez pueda querer sin ansiedades.
(Coda)
y entonces juntaré todos mis sueños
para poder vivir.
Rodé por mil caminos sin descanso,
bajé hasta los cimientos del dolor,
bebí del triste vaso del fracaso
borrando la esperanza de un amor.
Mi dicha fue un sorteo de quimeras,
un lento deambular en pena gris.
Por eso es que hoy renuncio a las esperas
cansado ya de odiar y de sufrir.