Letra de José Rial
Música de Guillermo Barbieri
Grabado por Carlos Gardel en Bs. As. (1924), con las guitarras de
Barbieri y Ricardo.
Mi pobre amigo, leal y sincero,
fue compañero de juventud,
y torturado por un quebranto,
perdió el encanto de su salud.
En sus momentos espirituales,
era sublime, y en su capuz
sólo abrigaba nobles ideales
como raudales de blanca luz.
Pero su loca pasión
por el juego y la mujer
trajo su degradación
y estaba bajo la acción
de un triste padecer;
y aunque quiera ya eludir
esa sierpe de su mal,
no lo podrá conseguir,
es su signo fatal,
tendrá que sucumbir.
Hoy que se siente sin energía,
piensa en la dicha que se fugó,
piensa en lo futil de sus orgías,
de las milongas y del fagot;
llora en silencio su decadencia
mientras el vicio sigue con él,
él que no duerme en su inconsciencia,
para que olvide su vida cruel.
Yo quisiera aminorar
su precaria situación,
pues entiendo que ayudar
a un amigo ejemplar
es una obligación…
Y pudiendo concebir
su pesar abrumador,
desearía compartir
sus horas de sufrir,
sus horas de dolor.